jueves, 27 de septiembre de 2012

NUEVA PUBLICACIÓN





Ya está en prensa , el nuevo poemario de Nelson Van Jaliri : CAMPO E CIUDAD, que saldrá para el mes de noviembre por esta editora.

Dicho poemario contiene lo nuevo de Nelson  Van Jaliri, un cuerpo compuesto de 21 órganos ,sistematizados una tras una.

jueves, 20 de septiembre de 2012

SUQTA Meditaciones Artísticas(Poemario,2007), de Nelson Van Jaliri



“…Nelson Jaliri, hombre inteligente
y crítico.
Esperando que domine
a sus demonios”.

Juan Claudio Lechín























A los demonios que invocó
Juan Claudio Lechín,
aquella mañana calurosa
del 25 de noviembre de 2005.














































Sin darnos cuenta
somos aleteadores
en el espacio astral.

En una atmósfera
llena de incomodidades.

De las cosas precisas
e imprecisas.





















Treinta almas ingresan
al escenario artístico.

A las pocas horas
salen como almas en pena.

No conozco algún mediocre
que lleve el polvo del artista.

Pero conozco aquel
que lleva la brocha dorada.





















La existencia indica
sustituir el alma por sí sola.

Los demás creen
tener la razón.

No se puede deducir
una acción por otra.

Se expresa algo
para borrar con el codo.
















Se ha dicho que la ironía
es causante del panorama
   obligado
de la reivindicación interna.

Origen incierto
a punto de caer
en objeto de litigio.

¿Acaso se podrá hacer
cesión de los bienes más cercanos?

Declaro sobre estas líneas
sobrevivir a lo dicho.

Pendiente sobre un hilo
con el pie enyesado
procurando tener una garantía
entre inter-vivos
dejando a los demás
que hagan con sus vidas
una muralla débil
para meterse un tiro.


















Es ahora
la distancia
un dilema
comprobado

Sin más
trámite
que la
resolución
firmada























En el anonimato
hay una decisión clandestina:

Es indiscutible
poner las manos
sobre la hoguera intensa.

Lo demás … es cuento.


























Hay que imaginar
que el cielo
está estático.

Motel olímpico sin cama
las 24 horas del día.

Privacidad y  discreción
con circuito cerrado
al más allá.
























Las acciones
establecen
medidas
sin fundamento:

Salvaguardar
la cueva
ignorada.

Es garantizar
la existencia
de un
imputado.





















INTERMEDIO

Desordenado
y acabado
ando vomitando
tres triste hilos
que van concadenados
a las extremidades
de mi cuerpo























DE REGGAE O FUNK
(Noche al son de mi Música)


I

Las noches me atraen
como bestia salvaje
en mi lecho cavernario,
ensangrentado
y desordenado de huesos.

Hay una agonía profunda
en lo que toca esta noche…

















Las estrellas camufladas
de un color azulado
verde ardiente,
rodean a la luna,
devorada
por la dentadura
desdentada
de la mañana.



























II

Julio quizás primavera.

Ritmo reggae o funk…
quizás otro ritmo.

La vuelta a la fama
no importa en esta vida,
carente de escenario
para aquellos recién inaugurados.


























III

Preciso captar
términos ajenos.

Para grabar
otra canción más.





















MOTIVOS DEL CHANCHO


I

Por caminos que imagino,
no todo es hermoso
al medio día.

Es la preocupación
ajena al paisaje,
revoloteando
sobre una nebulosa
bajando por un embudo.
























II

Ahora entiendo
que es preciso ir a pie,
por caminos de los que…
no imagino ir.



























¿Será otra dimensión
que pueda revelar
la quebrantada vida ajena
que me tocó padecer?

No soy
de los que piensa ir
hacia atrás,
soy como el chancho
con el hocico
pa’ adelante.

























CUARTETO


En este ancho crucigrama
se escribe una palabra
que pregunta por aquel
en la distante más cercana.

viernes, 14 de septiembre de 2012

MOSCAS SOBRE LA SOPA(ENSAYO , 2009), de Nelson Van jaliri



2009.Moscas Sobre la Sopa
Filosofía Artística(Ensayo).-
Apartado de la Revista
A Prueba de Frío No. 15

Nelson Van Jaliri
MOSCAS SOBRE LAS SOPA
Filosofía Artística











APARTADO DE LA REVISTA A PRUEBA DE FRIO
INTROITO

El tiempo y la distancia han recorrido su determinada sensación anticipada. La subasta sigue pujante, y las creaciones van y vienen cobrando una franja millonaria a la salud de la naturaleza humana.

Hace tiempo que estaba planeando estas notas que no cicatrizan aún en la mentalidad despectiva de mi cuerpo, eso  porque no aguanto la cruel ironía de los de allá  y de los de aquí.

Prueba de frío, para empezar con una A  y finalizar con otra vocal. Han pasado por el común  de los años, dos y pico pares, desde la vez aquella que quisimos intentar  nuevamente – con un propósito  ya planificado -, llevar en adelante  otra  arma de vida, en comunidad  de ambas personas, un órgano, un órgano  literario, para combatir  la literatura atrasada  de Potosí.

Para empezar, caímos en la mecanografía, un  26 de julio de 2004, en una dominante  sociedad  costumbrista, con ajís  de achacanas y uchu  fideos, ponderando en alto un criterio más sano y saludable.

Representaba entonces “una  alternativa, un escape, para gente  potosina  que se hacía  partícipe”,  como dijera Daniel Medinaceli  en la editorial del primer número.

De ahí  es frecuente engalanar otros pasajeros recuerdos, que acostumbran  enredarse en la memoria, pero ninguno  de los que acostumbro  seguir. La literatura es una armadura  invisible  que me protege.

¿Cómo descifrar  una palabra que es tan difícil de comprender en su dimensión  desconocida?.Podría ser cierta  tal afirmación, lo cierto  es que  vivimos  en lo que pisamos.

Todo empieza a fermentarse, la cerveza, la chicha, e incluso  los remordimientos que ingresan  como si fuera fuego intenso. Lo cual  demuestra la siguiente afirmación-: “Vida nocturna potosina, será pues  comer  pipocas por el Bule, viendo traseros hasta la media noche”. Es como comer helado, pero el helado resulta ser de yogur.

De todas maneras, sobre estas amarillentas hojas que aún no están editadas, seré claro y preciso, hilvanado letras, sílabas y palabras, de forma anónima y de manera natural, como si la cosa fuera  para entender.



EL PRINCIPIO ES UN FIN

Ladrillo por ladrillo se edificaba mi alegato “In terminis”: Una forma de ver lo que uno sentía, a través de las letras que yo escribía.

La mañana corría con su habitual vestido nublado y unas cuantas manchas azules por abajo, recordando esfumados de Leonardo da Vinci, iban disparejas mostrando su inacabada textura.

Esa mañana, hilvanaba mis primeras cuartillas para llevarlas a la plancha editora.

Ante todo, serviría  como un manoseo ligero, para luego volverse un puñetazo  antagónico, frente a una educación de pésimo gusto.

En la primavera de 1996, salió la esperada entrega. El periódico colegial llevaba el título de QUIPUS; “La triste realidad en el colegio”, rezaba el título de mi artículo. Lo demás corría como agua caliente en la mayoría de los lectores, docente, compañeros y alumnos, poco estímulo se me entregaba para salvarme de la melancolía que sufría aquel entonces.
“Hace mucho tiempo que hay un problema muy común en nuestros colegios, todo hace pensar que con la plata baila el mono…”.

Desde entonces, recordando la mecanografía de mis inicios e ir por debajo de la muralla térmica, en la termodinámica tarea de ir pintando y dibujando obras que empiezan a tomar conciencia de lo que yo pienso, mi mente está en constante revolución, tengo  que pensar más de lo que yo pienso. Una filosofía inacabada e inconsciente para algunos y relativamente difícil para el común de la gente.

Mi mente adquiere mayor soltura. Es como el pájaro que vuela y veo a mi mente volar también e incluso sobre un espacio que no es lo normal.

Lo normal sería la política, pero mis principios no están enfocados a ese pozo sin fondo. No soy apto para politizar almas, nací como un ser político. La teoría política lo implica mucho en su cabal norma, sin embargo no me considero tal.

Corresponden mis principios a mis pensamientos, lo cual demuestra que las venas mías aún siguen vigentes, por imágenes que siguen recorriendo largos caminos empolvados y llenos de inmundicia. “La eternidad no es para los humanos que viven para la vida”, lo sé, porque cada día que camino, sigo pisando las huellas del tiempo.

RAYÓN POR RAYÓN SE PAGA

“El viento y la tristeza hablan de la soledad”, decía un pájaro el día de ayer. A ese pájaro lo debo todo.

Mis penas, mis sufrimientos, una personalidad que gira sobre un tono repentino, sobre lo monótona presencia del mañana. “Patrimonio íntimo de cada persona”, dicen los faunos al contemplar la luna y Prosiguen:

“Hubo un tiempo en que Dios creó el Universo, la tierra, las plantas, los animales y después…creó al hombre y lo mató todo. Encima vino la mujer, de la costilla de Adán dicen y lo cagó todo”.

Como todo buen inicio siempre lleva consigo la mala racha y a veces para toda la vida. Esto ocurre en todos los tiempos y en todas las circunstancias.

En literatura, el atardecer no es como lo pintan tan hermoso, hay anti bajos  y sobre bajos al amanecer. Cada vez que pasa el tiempo el olvido es la herida que duele cada vez más y nunca cicatriza. Es una lucha constante para flotar en las lagunas de la indiferencia e incondicional forma para que no aprecien lo que tú haces.
“Uno no debe acomodarse al medio, el medio es el que debe acomodarse al estilo, a la técnica con lo que uno  trabaja”, asevera un fauno y prosigo:

Mis primeros trabajos en literatura aparecieron por capricho propio, a voluntad mía y por culpa de unos ojos femeninos.

Como todo escritor novato, aunque todavía no me consideraba tal ni menos hoy en día me creo  tal cosa, empieza en la primavera de los quince años  y termina en los veinte, según Jean Russe al no ser correspondido en el primer flechazo de amor. Muchos de estos novatos, no son tan consecuentes con tan noble sacrificio. En eso consiste en ser artista, calificativo que da el medio no el que piensa ser artista. Porque en eso consiste nuevamente ser un verdadero artista, sacrificio, constancia y sobre todo voluntad consigo mismo.

Sobre toda idea fugaz y tan repentina que sea ésta, yo seguí con lo mío, aunque decían y siguen diciendo que era un pasatiempo; pero era algo más que ver y venir las cosas, tal como se presentasen al instante. Era un todo en realidad, un vicio como dijera alguna vez, al preguntarme por qué  escribe.

Los años, los días y  horas han seguido su curso como si nada, como si el tiempo olvidaría las cosas que hice, mas ese no es el destino para un artista.

El artista es inmortal, vive a través de sus obras. “Las obras quedan, las personas como tales se van”, decía mi abuelo Ludovico.

















LAS PALABRAS NACEN Y MUEREN

Hay una constante forma en relación a las palabras. Ellas se circunscriben al lenguaje, al  idioma, a la forma de cómo  deberían expresarse.

Esas palabras son a veces tan complejas en la forma de vocalizar, en la forma de expresar cada sonido que hace.

El poeta es el mentor de dicho juego. Cada palabra es un rompecabezas, tiene sílabas y letras. Las sílabas se compaginan al instante y las letras siguen su cause natural.

Por eso se escribe poesía usando el color  versificador de la palabra, que encasille en la voz natural de cada sílaba.

Es coherente decir que cada palabra tiene su voz particular, voz que se difumina en el sonido de su vocalización, que nace y muere en su pronunciación. Es la regla particular que se escribe en este momento, enriquecida claro está, con el estilo preciso de cada persona.

No se confunda regla y estilo, ambas son distintas. La regla es la norma que se sirve de la medida y ajustada a las acciones versificadoras que resultarán rectas. Por el contrario, estilo es la manera singular y muy personal de escribir poesía.

El poeta nace y muere con la palabra. Cada poema es el reflejo de su alma y la pasión por su arte. Todo es una compaginación de normas.















MI VIDA POR UN POROTO

Son características fundamentales en el comercio literario, declarar cifras o dato falsos, en relación a la lectura y omitidos con el pasar del tiempo.

Sustancialmente obliga a comprometernos con lo que uno es, con los pesares del día, de la noche y de la mañana siguiente. Es la identidad lo que trato de buscar, una identidad cultural propia y unida al estilo muy personal.

“Me revientan estos mocos mentales”, decía Julio Cortázar, al iniciar una temática muy aparte a lo que es el cuento y salvaguardar los errores del caso.

A mí también me revientan estos mocos mentales, para escribir lo más cercano al ensayo. Por eso no hay un género que aguante por cualquier acto realizado.

Tampoco creo en la búsqueda de otros organismos vivientes que piensen como mí. Por más que trato de comprender la realidad presente, todo su vuelve fantasioso e incita a quemar o tirar al tacho de basura, varias composiciones e incluso cuadros ya acabados. Es una competencia conmigo mismo, no estoy de acuerdo con lo que hago, con mis ideas y principios. Evadir esa competencia, seria disminuir la identidad que se crea en mí.

Sin embargo es atribuible sintetizar la norma para comprender lo que es en realidad el arte y conocemos las garantías necesarias con que se desenvuelve pero no descubrimos nuestra identidad. Establecemos principios foráneos, nos dejamos influir, y no nos educamos intelectualmente y manualmente. Estamos enlatados como los peces, sin poder salir y crear.

Conlleva a la creación la identidad, darle su lugar respectivo, entregarse a la práctica constante, sin fiadores ni fiados que pueda deber en el futuro incierto.

A una persona, que estudia por estudiar, desesperado por tener nota, no cree en la razón y la crítica. Peor si la persona sabia con vocación se deja llevar por la plata.

Es el caso de muchos que han logrado hallar su identidad, crean símbolos y signos, pero después de un tiempo, se vuelcan a la comercialización, obligados a abandonar su estilo y reproducen paisajes y cántaros que son los que en realidad venden.


EL TIEMPO Y LA DISTANCIA

Cada vez que viajo a La Paz, me encuentro con la Rosa y me pongo al día con ella para no invertirme en mi tierra de origen, Potosí.

La Paz llama, te hunde en su hoyada y te sofoca al instante.

Hay una compleja calma de día y de noche empieza otra vida.

Es una lucha inscrita en los anaqueles policiales, pruebas infundidas, beneficios sociales a voluntad propia, a decisión, verbalmente o por escrito.

Todo es a contra luz, en el hemisferio del tiempo y la distancia, que pide indemnización por una golpiza, por disposición ajena o la buena voluntad del equívoco, acompañada por una copa de coñac en la mano o lo más económico, bebiendo un quita frío.

A la mañana siguiente, a recuperarlo comiendo un uchu fideo por los extramuros de la ciudad.

Jaime Sáenz se precipita en esas urbes, en especial las noches pobladas de bestias marginales, de la nada y de la injusticia ajena.

Por eso me inspiró a pintar el cuadro: “El tiempo y la distancia”, no como una obligación, por el contrario, sirviéndome de base para encontrar los símbolos de la cosmovisión andina.

Diagonalmente Sáenz se sitúa en un ángulo del cuadro, un búho frente al  otro ángulo  que representa al tiempo , a ambas figuras lo separan el vuelo de la vida, que baja precipitadamente sin darnos cuenta.

Vida llena de prominicencia y alcohol. Incluyendo las morfinas elevadas a rango de ley.

El artículo 13 de la misma ley, dice: “No viajes en viernes,  te irá mal, para bien o para mal; ó bien, para mal o para bien”, y de repente las cosas no fueron así, ocurrieron de una forma inesperada, de forma que uno no podía esperar para ambas partes. Además, se destacaba un conjunto de acciones  segundarias, que hacían a la primera acción, una modalidad inevitable.

Una vez que las acciones desaparecieron, el tiempo hizo su tarea legislativa, pasaron día meses y dos años y no pude más. El tiempo había pasado como si nada, dentro de ámbito de su circunscripción y añoraba la tierra de origen.

“Me llevaré a Potosí algún día en mi maleta”, decía en el interior de mis huesos, de las profundidades limítrofes que añoraba llegar al límite y era tiempo para que Potosí salga de su maleta, de su mente, porque emprendí viaje y alce las alas nuevamente.

Ahora melancólico recuerdo el pasado, antes y después del viaje. Soy yo, que se alza fuerte, estático en medio de un viento que lo sacude todo. Soy la vela que nunca se podrá apagar, en medio de la incertidumbre y la envidia ajena, en “La melancólica brisa del tiempo”.

Es la trilogía compuesta de mi vida.








TEORÍA DE LA SIMPLIFICACIÓN

Por más que he tratado de comprender los colores, no se acentúan aún en mi mente. Tienen competencia, pero aún no tienen jurisdicción en mi paleta.

Los colores aman la naturaleza por doquier, no infunden ningún problema al inscribirse en sus formas. Es imposible ante los registros correspondientes, tener la mezcla correspondiente. Empero, se hace esfuerzo por comprender hábilmente, la historia de cada una de ellas.

Esto me pasó varias  veces en clase y habitualmente en otras formas, para ver el carácter trascendental de mis esfuerzos e inquietudes.

Simplificar la forma frente al color, me resultó régimen seguro a mis problemas. Siendo el caso fundamental, la teoría del bodegón y el paisaje.

En el primero de los casos, combiné los fríos y los cálidos, en una armonía perfecta, para reencontrarse con la visión real del sujeto. Para conseguir esa armonía,  tuve que servirme del verde, para tener el fondo ya estudiado y contrastar con la una y la otra, en una sensación de movimiento. Es lo que yo llamo: “Teoría de la simplificación”. Creando de esta manera, espacio y tiempo en el arte.

Lo demás viene por acción del tiempo presente y no del tiempo en su espacio. Desde aquella vez, desde “Sumac Orko” y los subsiguientes: “Bodegón neo expresivo C1”, “Illimani” y “Bodegón C2”, ha completado más práctica que la teoría que resulta insegura.

Las demás obras han quedado en la nada, en la categoría de las maravillas que pasan como si nada. La escultura, nunca pude alimentarme de ella, nunca pude leer su simbología y debe tener algo para que la aborrezca, aunque las manos insistan crear obras tridimensionales.

Que es lo que quiero crear con la “Teoría de la simplificación”: Crear una obra abstracta, que tome a la realidad como cómplice, creando a través de sus líneas y colores, nuevas  realidades que cuestionen a cada espectador de manera diferente. Una abstracción, entendible en todo momento y cuantificada en su simple mirar. Como lo que hice en : “Bodegón neo expresivo C1”. Una asonancia cercana entre fríos y cálidos; pero disonante a la vez, implementando el plateado en toda la obra. Creando de esta manera, un espacio dentro de la variedad y creando un espacio armónico correspondiente entre ambas cosas. Es decir, la disonancia es una armonía, si se eleva a esa categoría.


EL VALOR DE LA MANCHA

La soledad cubre mi mente a la hora de ver los cerros; lánguida, inestable, semejante a un huevo de cristal.

“Los cerros me inspiran a ver lo telúrico de mis raíces”, decía alguien y le doy la razón.

Pintaré las cosas como pienso y no como las veo, sin la autonómica presencia de la realidad.

Cada cerro tiene su mensaje oculto, el acto de mirar es una simplificación de la realidad. La forma se reduce a la regla anterior.

Un viaje instantáneo a la técnica, es un viaje más cercano a la definición mental de la mancha. Cualquiera sea su tipo, relación social o intuitiva, responde a la creación de la fuerza.

Ricardo Pérez Alcalá, en el romanticismo tradicional y monótono de sus temas, ya responde a la realidad, pero no a la creatividad. Valora la mancha como el pan del día, en la forma correcta de la técnica, aquella que reúne recursos y procedimientos en el esmero con que se hace la obra de arte.

Ahora bien, a la hora de proceder con la mancha, se la debe saber, dónde se la debe poner. Debido a su instantánea técnica. Obviamente existen otros gastos que demuestran otras innovaciones,  re avalúos técnicos y precios ya pagados; pero constancia con la práctica, viene con paso firme.















UNA RETROSPECTIVA HACIA LA TRISTE HISTORIA

En este instante he percibido la influencia de los clásicos que rezan rimas y eslabones perdidos a la hora de pensar. Acusativo suena al oído porque nadie es libre del pecado.

La pintura en Bolivia ha recorrido de forma inesperada pero lenta.

Durante el período Colonial, el Alto Perú, o sea el territorio de la Audiencia de Charcas, hoy Bolivia, la pintura fue traída enlatada de Europa a pesar de su alejamiento hacia su mestización.

Chuquisaca se funda en 1538, con el nombre de La Plata, Potosí en 1545 al pie del opulento cerro, y en 1548 se funda La Paz sobre la planta indígena de Chuquiago. Hasta aquí, hasta el seiscientos es huérfana de un nombre glorioso, aunque no faltan pintores que cumplen encargos durante su corta permanencia en Chuquisaca o Potosí. Hasta que llegamos al setecientos, donde la pintura alto peruana logra su máxima representación, a la cabeza del maestro cochabambino de formación potosina, Melchor Pérez de Holguín y su seguidor Gaspar Miguel de Berrío.

“Después de larga y devastadora guerra para conseguir la independencia de nuestra patria, la Real Audiencia de Charcas…-anota Mario Chacón Torres-, surgió en 1825 como un nuevo Estado con el nombre de Bolivia. Múltiples factores adversos dificultaron su organización republicana, luego al transcurso del tiempo fue desenvolviéndose turbulenta y apasionada la vida nacional”

En retrato domina en esta época, sobre todo, de gobernantes de turno que se exhibía en las oficinas públicas.

Juan de la Cruz Tapia, Antonio Villavicencio, Saturnino Pórcel, José García Mesa, entre otros son los pintores de moda e irán con la tradición colonial, de copiar ya no de grabados, sino de fotografías para  pintar retratos.

Hasta que llegamos al siglo XX, con figuras señeras en la plástica nacional, Fortunato Díaz  de Oropeza y Avelino Nogales. Ambos trazarán la línea hacia la concientización de una identidad nacional, lo auténtico, lo  propio, la médula ósea de lo boliviano. Abrirán paso a la generación de Cecilio Guzmán de Rojas y a ese otro monumento, Arturo Borda, el loco.

Entre Borda y Cecilio Guzmán de Rojas, hay una diferencia bien marcada que nadie puede refutar: El primero autodidacta de raíz y el segundo, educado en la Academia de San Fernando de Madrid – España.  Ambos con su pintura revolucionarán el escenario nacional ,el segundo valorado en vida por los conservadores de la época y el primero minimizado en su mundo.

El tiempo hoy en día ya dijo su última palabra, la pintura coaguladora de Cecilio Guzmán de Rojas, no es un descubrimiento suyo. Borda es mucho mejor pintor que Guzmán de Rojas.

De aquí para adelante hay un vuelo inseguro hacia la plástica nacional, todos siguen a Guzmán de Rojas, nadie sigue a Borda. Se lo  discrimina, pero ambos se matan.

Con el advenimiento de la guerra del Chaco y la Revolución del 52, nace toda una generación de artistas. Hay un disparejo en lo que hasta aquí llamaban y creían tener identidad. La generación guzmaniana sigue, sumada con lo social de la revolución mexicana y rusa de entonces, y la otra venida de las tendencias e ismos de moda; una gran parte venida de Europa, especialmente de París – Francia.

Todo un aptapi hasta nuestros días. Todos buscarán en los cubos modelos indígenas, e incluso se atribuirán crear originales sin ninguna influencia de escuela y maestro. Pareciera que fuera la triste historia de un elefantito que nunca acabará.
Finalmente París dejará ser capital del arte y Nueva York con sus mujerzuelas tomarán el lugar que París había dejado. Batman volverá y después de un tiempo el inicio.
SEGUIDO

¿Qué se debe pintar?. Pintar lo que a uno le guste. Instigando a que uno crea y cree en la conducta adecuada y reciba por autonomía recíproca, la existencia a cualquier acto realizado.

Por eso pinto montañas, como lo he seguido haciendo tal como las veo en mi mente sin importar lo que la gente diga. “El reflejo de mi alma”, es la turbulencia ineludible que genera su respectiva mancha, por períodos diferenciales con medida intencional. Exención a lo que diga el pincel y no la forma, conforme a lo que dispone la regla interna de la voluntad.

Esta obligación nos da el cumplimiento necesario para seguir pensando en lo que uno quiere hacer. La economía no importa para mí. En medio de montañas he vivido para seguir arañando la tierra y buscar en su interior la idea cabal a mis principios: el interior de mis montañas e insistiendo seguir viviendo para el común de la gente.

Ahora, “la  soledad me consume mentalmente”.

Potosí, 27 de febrero de 2009.